Mejora de la coordinación mental y corporal:
Las clases de batería ayudan a los niños a desarrollar una coordinación precisa entre sus pensamientos y movimientos físicos, fortaleciendo la conexión entre mente y cuerpo.
Estimulación de la expresión emocional:
Tocar la batería permite a los niños expresar sus emociones de manera creativa y liberar energía acumulada, proporcionándoles una vía saludable para canalizar sus sentimientos.
Control de los impulsos:
La práctica de la batería enseña a los niños a controlar su energía y a seguir patrones rítmicos, lo que puede ayudar a reducir la impulsividad asociada con el TDAH.
Mejora de la concentración y atención:
La batería requiere enfoque y atención para coordinar los diferentes elementos del instrumento. Esto puede beneficiar a los niños con TDAH al promover habilidades de concentración y atención sostenida.
Estimulación de la creatividad y la exploración musical:
A través de la experimentación con diferentes ritmos y estilos, los niños pueden desarrollar su creatividad musical y explorar su propio estilo único en la batería.
Mejora sus habilidades sociales:
Al formar parte de un grupo, en donde cada uno es una pieza importante, tu pequeño desarrollará mayor empatía hacía los demás y, mejor comunicación en su entorno. Estar rodeado con los diferentes integrantes de su escuela o banda, le permitirá tener una mejor interacción con las personas.
Mejora de la psicomotricidad:
La práctica de la batería implica movimientos coordinados de las manos, pies y todo el cuerpo. Esto contribuye al desarrollo de habilidades psicomotoras, como la coordinación fina y gruesa.
Fomento de la disciplina y la constancia:
Las clases de batería enseñan a los niños la importancia de la práctica regular y el compromiso con su aprendizaje, fortaleciendo la disciplina y la constancia.
¿A qué esperas para que aprenda?